En el Vitra Design Museum. Sigue leyendo para saber más.
El Vitra Design Museum acaba de inaugurar una exposición que explora la historia, el presente y el futuro del plástico, un material controvertido. Estará expuesta hasta el 4 de septiembre. Y nosotros nos morimos por viajar hasta Weil am Rhein, localidad donde se encuentra ubicado el edificio del arquitecto Frank Gehry.
El plástico define nuestra vida cotidiana como ningún otro material. Desde los envases hasta las zapatillas de deporte, desde los electrodomésticos hasta el mobiliario, desde los automóviles hasta la arquitectura. Durante décadas los materiales plásticos fueron símbolo del consumo despreocupado y de las innovaciones revolucionarias. Además de dar alas al poder imaginativo de diseñadores y arquitectos. Sin embargo, desde que se han hecho visibles de forma drástica las consecuencias del auge del plástico, esta perspectiva pertenece ya al pasado.
Con la extensa exposición Plástico: Reinventando el mundo, el Vitra Design Museum explora la historia, el presente y el futuro de un material controvertido. Desde el vertiginoso auge de las materias plásticas en el siglo XX, pasando por sus devastadoras consecuencias para el medioambiente. Hasta los distintos planteamientos para llegar a un tratamiento más sostenible del plástico.
En la exposición se muestran, entre otros, curiosidades del modernismo temprano, objetos de la era pop, pero también numerosos esbozos y proyectos actuales. Entre ellos innovaciones pragmáticas, iniciativas para la limpieza de los océanos, conceptos para el reciclado. Así como bioplásticos basados en algas o células de hongos.
Al comienzo de la exposición una instalación de vídeo de gran tamaño ilustra los conflictos que generan la producción y el uso del plástico. Intemporales escenas de la naturaleza silvestre se contraponen a reportajes sobre la producción del plástico durante los últimos cien años. Que hacen comprensible la tentación de una producción industrial cada vez más rápida y más económica.
La formación del carbón y del petróleo, las materias primas que conforman la base de todos los materiales plásticos sintéticos, se prolongó más de 200 millones de años. Pero su producto resultante se ha convertido en apenas un siglo en uno de los problemas medioambientales globales más graves de nuestros tiempos.
Los inicios del plástico
La siguiente sección de la exposición profundiza en el desarrollo de los materiales plásticos y su recepción, desde sus inicios a mediados del siglo XIX. Hasta la omnipresencia actual del plástico. Los precursores de este material se basaban en materias primas vegetales y animales. Durante siglos se utilizaron el cuerno y la concha para la creación de vasos o cubiertos. Otro ejemplo es la gutapercha, que en el pasado se utilizó para la decoración de objetos así como para aislar cables submarinos. Y que se compone de la savia concentrada del árbol homónimo.
En su búsqueda de un nuevo material para la fabricación de bolas de billar, que en aquel entonces todavía se hacían con marfil. John Wesley Hyatt inventó el celuloide en la década de los 1860. El primer plástico enteramente sintético fue inventado por Leo Baekeland en 1907. Fue bautizado con el nombre de baquelita. Y pronto se convirtió en un material con posibilidades infinitas. Gracias a sus propiedades aislantes la baquelita se usó para la fabricación de interruptores, enchufes y radios. Y jugó un papel central en el proceso de la electrificación a gran escala.
Mientras que las primeras sustancias plásticas fueron inventadas en su mayor parte por genios e inventores individuales. A partir de la década de los 1920 fueron las grandes empresas como Dow, Du Pont, Imperial Chemical Industries o IG Farben quienes tomaron las riendas. Este fue el inicio de la petromodernidad.
El auge del plexiglás y el nylon
La profesión del diseñador industrial, que surgió en la década de los 1930, perfeccionó rápidamente las nuevas posibilidades del material. Egmont Arens, Wells Coates o Gio Ponti, para nombrar unos ejemplos, jugaron un importante papel en el diseño de los nuevos materiales plásticos. También la Segunda Guerra Mundial impulsó el desarrollo de los plásticos: materiales como el plexiglás se usaron por primera vez a gran escala para fabricar las cabinas de los aviones. Así como el nylon para la confección de los paracaídas.
Después de 1945 estos materiales pasaron a introducirse en las viviendas privadas. Por ejemplo en forma de cubiertos de plástico y fiambreras Tupperware, juguetes como los bloques de construcción de Lego, las muñecas Barbie o los suelos de PVC de limpieza fácil. Al mismo tiempo, los arquitectos descubrieron el plástico como material de construcción. En 1957 Monsanto construyó en Disneylandia la denominada House of the Future, fabricada enteramente en plástico.
El plástico en nuestras vidas (y nuestras casas)
Pocos años más tarde y con la creciente fascinación por la astronáutica el interés por el material se centró en el utópico potencial del plástico. Lo que quedó plasmado en formas futuristas y nuevos conceptos de vivienda. Así, Eero Aarnio diseñó con su Ball Chair (1963) una cápsula espacial privada. Gino Sarfattis creó una referencia al aterrizaje en la luna con su Moon Lamp (1969) y el Toot-a-Loop (1971), un brazalete con una radio incorporada, fue el primer aparato eléctrico portátil.
Casi de forma simultánea se inició el triunfo de la bolsa de plástico. Impulsada por la industria del envasado y, al poco tiempo, usada en masa por los consumidores. La bolsa de plástico se convirtió en el símbolo de una mentalidad de usar y tirar jamás vista hasta el momento. Como base de la mayoría de sustancias plásticas el petróleo se convirtió durante un corto período de tiempo en un bien escaso. Y, por lo tanto, caro, debido a la crisis petrolera en 1973. Sin embargo, esta circunstancia solo pudo frenar el auge del plástico a corto plazo.
El despertar de la conciencia
Mientras que la producción global de plástico volvió a aumentar poco tiempo después, los esfuerzos por evitar los residuos plásticos iban imponiéndose solo a duras penas. Los diseñadores Jane Atfield, Bär + Knell o Enzo Mari fueron los primeros en trabajar con plásticos reciclados en la década de los 1990.
Hoy en día el plástico es omnipresente en cualquier rincón del mundo y se ha convertido en algo prácticamente indispensable en nuestra vida cotidiana. Esto se aplica en gran medida al sector de la salud. En el que las propiedades positivas del plástico, a veces esenciales para la salvación de vidas, quedan igual de patentes que sus repercusiones negativas e incluso mortales.
Las consecuencias del auge del plástico han quedado marcadas a fuego en nuestra conciencia colectiva. Desde los microplásticos en los suelos, en los océanos del planeta y en nuestro cuerpo. Hasta las montañas de residuos de envases que aún hoy día son desechados, o en gran parte incinerados, causando un grave impacto ecológico a nivel global.
En su totalidad la exposición Plástico: Reinventando el mundo muestra una imagen crítica, pero también diferenciada sobre el plástico como material. Las entrevistas con diseñadores, científicos y activistas realizadas exclusivamente para la exposición muestran la importancia de un esfuerzo conjunto por parte de la política, la industria y la investigación para solucionar el problema del plástico.
Sin embargo, incluso en el caso en el que todo el mundo se comprometa personalmente no existir una solución única del problema. Por ello se trata en especial de mostrar la complejidad del tema y de preguntarse: ¿Cómo hemos llegado a depender de los materiales plásticos? ¿En qué ámbitos es esencial la utilización del plástico y en cuáles puede reducirse su uso o ser reemplazado? Y finalmente: ¿Cómo podemos usar plásticos en un futuro de forma más inteligente y sostenible?
Tras su presentación en el Vitra Design Museum en Weil am Rhein la exposición se mostrará en el museo V&A Dundee (29.10.2022 – 05.02.2023) y en el museo maat en Lisboa (primavera de 2023).