Celebramos los 120 años del nacimiento de Arne Jacobsen, pionero del diseño.
Arne Jacobsen dedicó su vida a la estética. El pionero arquitecto y diseñador danés creó algunos de los edificios y diseños de mobiliario más emblemáticos de la casa Fritz Hansen. Por eso le hemos querido dedicar este post en el mes de su 120 cumpleaños. Aquí va un repaso de su vida y obra.
Su enfoque intuitivo de su práctica llevó a la creación de clásicos modernos como la butaca Egg, la butaca Swan, la silla Series 7 y la silla Drop, entre otros. Creadas con el funcionalismo y la belleza en mente, su perfeccionismo en su trabajo es evidente.
Las curvas esculturales, los contrastes y la innovación definen los muebles que concibió. Desde las innovadoras técnicas de curvado con vapor hasta la introducción de nuevos materiales y formas, Jacobsen superó los límites de lo posible, marcando la pauta para una nueva generación de diseño de muebles.
EL REBELDE ARNE JACOBSEN
Se dice que cuando era niño y crecía en Copenhague, Arne Jacobsen pintó sobre el papel pintado victoriano de su dormitorio. Pero el joven Arne no cubrió sus paredes con los típicos dibujos infantiles. En su lugar, decidió pintar su habitación completamente de blanco. Su decisión puede parecer hoy un lugar común, pero a principios del siglo XX las paredes blancas aún no estaban de moda. Desde el principio, Arne Jacobsen se adelantó a su tiempo.
Durante más de la mitad del siglo XX, las ideas de Arne Jacobsen marcaron el paisaje del diseño danés y salieron de Escandinavia para influir en arquitectos y diseñadores de todo el mundo. Dirigió proyectos que iban desde complejos edificios, como el Banco Nacional de Dinamarca, hasta humildes empresas que incluían el diseño de una cucharilla para su juego de cubiertos.
El proceso creativo de Jacobsen, que trabajaba con un equipo relativamente pequeño impulsado por un deseo insaciable de crear, se centraba en su estricta consideración de los detalles. Daba vida a sus visiones con meticulosos bocetos de acuarela pintados a mano. En un año cualquiera, Jacobsen conseguía diseñar lo que otros podrían producir en cinco.
THE EGG, 1958
Arne Jacobsen diseñó la silla Egg para el vestíbulo y la recepción del SAS Royal Hotel de Copenhague.
BELLA VISTA, 1934
La urbanización Bella Vista fue construida por Arne Jacobsen entre 1931 y 1934. El nombre hace referencia a una villa que ya existía en el lugar.
LA PRÁCTICA DE JACOBSEN
Arne Jacobsen rara vez sabía adónde le llevarían sus ideas. Su enfoque del diseño, aparentemente sin esfuerzo, junto con su agudo sentido de la proporción y su raro talento para la forma, le llevaron a crear objetos de belleza duradera. Sin embargo, su proceso intuitivo hizo que otros lo percibieran como inseguro y falto de dirección. En cambio, trabajaba de forma orgánica, ampliando los límites de lo posible a medida que sus ideas progresaban.
CREATIVIDAD INCESANTE
Jacobsen trabajaba incansablemente en sus diseños. La forma, la tecnología y los materiales eran cuidadosamente considerados en cada paso y le proporcionaban un marco a partir del cual podía desarrollar sus ideas. Perfeccionista por naturaleza, refinaba continuamente sus diseños, elaborando los bocetos iniciales y explorando y desarrollando nuevas técnicas, lo que a menudo provocaba retrasos en la producción.
EL HOMBRE
Arne Jacobsen era un hombre notoriamente difícil para trabajar, sarcástico y exigente, e incluso exigía a su propio personal que trabajara las 24 horas del día en lugar de atender a sus familias. En casa, alineaba las tazas y los vasos en filas ordenadas y se aseguraba de que los juguetes de los niños estuvieran guardados fuera de la vista. Cuando redecoraba, hacía que su familia sostuviera los marcos de los cuadros durante horas para asegurarse de que la composición final fuera la adecuada.
Y SUS PECULIARIDADES
Sin embargo, a pesar de sus peculiaridades, Jacobsen era una persona muy completa que disfrutaba pintando, estudiando la naturaleza y cuidando los árboles jóvenes. Tenía un sentido del humor cálido, evidente en sus tarjetas de Navidad dibujadas a mano para los amigos cercanos o en sus declaraciones cuidadosamente consideradas sobre temas cercanos a su corazón. De niño le gustaba hacer el payaso y durante la edad adulta continuó con sus payasadas de niño: una vez se puso un melón hueco como sombrero.
ESTÉTICA EXTREMA
A menudo, Jacobsen buscaba escapar de lo mismo que había ayudado a crear: “Me ahogo con la estética”, decía en privado, donde incluso los pasteles que comía tenían que tener tan buen aspecto como sabor. No es de extrañar, pues, que a menudo buscara la alegría y la comodidad en lugares donde reinaban el antidiseño y la antiestética. Su legado -como diseñador modernista pionero e inflexible y como hombre de familia amante de la naturaleza- refleja su compleja naturaleza.
Piezas de Arne Jacobsen que puedes encontrar en Moises Showroom:
